Un Rico Patrimonio Arquitectónico
La planta de ANCAP de La Teja constituye un riquísimo reservorio de las primeras realizaciones de arquitectura moderna en Uruguay. La mayor parte de ellas son obras concebidas por el arquitecto Rafael Lorente Escudero, y todas ellas fueron realizadas en un breve período comprendido entre 1934 y 1938.
Esta excepcional riqueza patrimonial que se encuentra concentrada en una limitada porción del área de la refinería de La Teja tiene la doble virtud de constituir un considerable número de obras, y además, la de estar integrada por creaciones de excelencia que a pesar de permanecer ignoradas por nuestra historiografía, causan asombro a los visitantes extranjeros que las conocen. Todas ellas aún existen, aunque algunas han sido objeto de importantes modificaciones.
Este grupo de obras fuera de serie, que constituyen el comienzo de la actividad profesional del joven Lorente incluye obras como el Cuartelillo de Bomberos (1934), el edificio de Oficinas Administrativas, que forma un conjunto con el volumen destinado al vestuario del personal obrero (1934), la Sala de Bombas (1935), el conjunto edilicio formado por el edificio de Gerencia y el de Laboratorios (1935), y la Central de Vapor (1937), además de los galpones para garajes y los destinados a talleres.
De estas obras vale la pena destacar el conjunto que incluye a las Oficinas Administrativas, y por otro lado al que involucra al edificio de Gerencia. En ambos Lorente demuestra una extraordinaria solvencia en la articulación entre distintos cuerpos de volumen que alojan diferentes funciones. Por esos años las realizaciones de la arquitectura moderna en Montevideo eran muy escasas pero estos dos conjuntos realizados en ANCAP son los primeros en abordar la organización de varios volúmenes con una concepción de signo moderno en la arquitectura uruguaya. El segundo de los nombrados se mantiene con menos modificaciones que el primero, y muestra aún su seductor tratamiento en la articulación de los edificios de la Gerencia y del Laboratorio.
En la concepción de edificios aislados merece destacarse el que fuera construido para Sala de Bombas donde Lorente sorprende con una cautivante propuesta de lenguaje arquitectónico moderno, y al mismo tiempo se regodea con una expresión lúdica recurriendo a formas de inspiración náutica. Similar solvencia y poder de seducción se observa en el que fuera edilicio del Cuartelillo del Bomberos, donde se aprecian fuertes rasgos del expresionismo holandés que con tanta fuerza se manifestó en varias de las primeras obras de la arquitectura moderna uruguaya.
Párrafo aparte merece el edificio de Oficinas Centrales, también proyectado por Lorente. En esta realización el joven arquitecto depone algunas de sus posturas más radicales de vanguardia, sin mengua de la calidad de la obra. En ella Lorente se integra a los lineamientos que demanda la Avenida del Libertador y adopta una mayor sobriedad, propia de un edificio institucional, en una proa de alta visibilidad en el contexto urbano.
2006 Fuente: "75° Aniversario de ANCAP. 1931-2006" Juan Pedro Margenat